“Por favor no hagas promesas sobre el bidet
Por favor no me abras más los sobres
Por favor, yo te prometo te esperaré…”
Charly García, Piano Bar (1989)

En un contexto nuevo de la política nacional, provincial y local la desocupación comienza a instalarse como un tema de agenda que preocupa, y mucho. A la imparable inflación se suman los recortes ‘motosierra’ a la educación, la salud y el avasallamiento a los derechos conquistados. En Santa Cruz comienza a sobrevolar el ‘fantasma de los noventa’. Durante las últimas semanas se escucha en distintas comunidades del territorio voces que demandan se comiencen a cumplir y hacer honor a las promesas que llevaron a la Gobernación al sindicalista Claudio Vidal. Por lo bajo, se murmura que la gente está venciendo el temor a expresarse porque sin lugar a dudas la ‘luna de miel del Vidalismo’ llegó a su fin. Ante el feroz incremento en los servicios, la decadencia de los establecimientos educativos y la cruel política del Vademécum los santacruceños reclaman, protestan y exigen que los funcionarios dejen de lado la trillada estrategia de ‘culpar al Kirchnerismo’ y que “comiencen a gobernar y cumplan con los “10 Compromisos para transformar Santa Cruz».

¿Santa Cruz puede, y tiene con qué?

Durante la noche fría, aún del invierno en la Patagonia un grupo de desocupados y desocupadas plantaron bandera en las afueras de la Municipalidad de Caleta Olivia. “Agrupación Santacruceña” está conformada por doce mujeres y hombres que piden una sola cosa: Trabajo. Esa promesa que el Frente Electoral “Por Santa Cruz” dejó a un lado, sin explicaciones, ni respuestas. En un acampe improvisado, en su mayoría mujeres esperan pacientemente ser atendidas por el Intendente Municipal, quién según sus propias palabras hasta ahora “solo recibieron indiferencia y desprecio» Una de ellas, milita desde el día “cero” en la agrupación SER. Con cierta nostalgia relataba cuando fue convocada en los inicios de armar un nuevo partido en Santa Cruz, porque al igual que muchos querían un cambio, acompañó juntando avales, asistiendo a actos y reuniones de “SER Mujer”, realizando pintadas o pegatinas. Ya sea doblar votos, repartirlos o ser fiscal de mesa. Todas esas tareas que hacen que uno milite con la certeza de “SER parte del futuro”.  Madres de familia, sostén de hogar con ingresos que durante años se tradujeron en Planes y ayudas sociales, junto con algunas changas esporádicas, pero con la firme convicción de que se iba a vivir mejor cuando se ganen las elecciones del 2023. Solo había que trabajar, y esperar.

Dentro de la plataforma electoral, todas las fuerzas políticas del Frente “Por Santa Cruz” firmaron un acuerdo de 10 Compromisos para la transformación, uno de ellos consistía en “Impulsar el desarrollo productivo y energético”, que básicamente es el punto que representa la generación de empleo: “Desarrollar industrias y recursos no convencionales. Incorporar energías limpias, impulsando el desarrollo del hidrógeno verde y azul. Garantizar agua potable para todas las localidades. Fomentar la creación de Pymes”. Pero ¿Por qué digo esto? Porque no es una novedad eso de “mentir en campaña”; “incumplir promesas”… el clientelismo en la política no es nuevo para los santacruceños, tampoco para los argentinos; sino tomemos como ejemplo al Presidente Javier Milei quién fue tajante durante el 2021 cuando dijo: “antes de subir un impuesto, me corto un brazo!!”.

«Agrupación Santacruceña» en mayo comenzó a visibilizar su reclamo, en ese entonces ya expresaban decepcionados “ellos dijeron clarito: se asume y va a haber trabajo para todos. No en el sector petrolero, porque la industria está saturada. Pero vamos a activar puertos, minería y distintas industrias, en la parte privada vamos a tener farmacia, el feedlot. ¡Nosotros votamos toda la boleta! Queríamos un cambio por un laburo digno para todos y ni siquiera nos abren las puertas. Hay mucha gente en Caleta que necesita trabajo, y ellos tienen las herramientas hoy para brindarnos ese trabajo, no estamos pidiendo entrar a la muni, ni al estado. Dejamos parte de nuestra vida por un cambio”.


“Promesas sobre el bidet”

Para los santacruceños y santacruceñas ser presas de promesas incumplidas de campañas políticas es moneda corriente. Porque va más allá de la promesa del trabajo, sabemos con pesar que las grandes obras producto de “tener los planetas alineados” es una falacia. Solucionar el problema del agua en Caleta Olivia, la doble vía que nos uniría con Comodoro Rivadavia, la generación de mano de obra local para empresas petroleras y mineras con la aplicación de la Ley 70/30; y toda la infinidad de obras inconclusas del desarrollo incumplidas durante décadas. Me pregunto: ¿Por qué se aplica un valor moral que un “militante debe ser por convicción”? Si quienes fuimos paridos en esta tierra sabemos que si nos dicen que no tenemos que militar por un trabajo, nos están mintiendo. “porque la realidad es que, si no vas a una básica, un gremio o tenes una ‘cuña’ no tenes nada”, dicho en criollo “La culpa no es del chancho… sino del que le da de comer».

¿Cabe alguna duda? ¿Los militantes del ‘vidalismo’ que hoy pasaran otra noche más a la intemperie no tienen ideología? Es más:¿Los políticos que cambian sus banderas partidarias por un cargo circunstancial la tendrán? Y en este sentido, los desocupados fueron convincentes en su argumento cuando claramente se expresaron: “no necesariamente las promesas son: che vótame y te doy laburo… sino que esperanzan a las personas con el cambio de un modelo que los acorraló por fuera del sistema, con planes, con migajas…. Pero las personas, las madres, hermanas, mujeres y hombres que esperan tener oportunidades, militamos con la convicción y confianza de un nuevo comienzo”.

Banderas azules rodean el campamento de doce caletenses, nacidos y criados, venidos y quedados… sentados con el fuego encendido en la espera de una pronta respuesta.  Hacen guardias, se debaten entre la trivialidad de las promesas hechas sin pensar y las tareas cotidianas que deben postergar. Golpean en vano las puertas de la casa del pueblo. Nuestra casa. Y muy lejos de ser escuchados, reciben mentiras sobre ausencias, desprecio y ya ninguna promesa hecha ‘sobre el bidet’.



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