“Bronca cuando ríen satisfechos
Al haber comprado sus derechos
Bronca cuando se hacen moralistas
Y entran a correr a los artistas…»

El CeMEPA marcha en Caleta Olivia para visibilizar su reclamo por mejoras salariales y edilicias históricas, que hoy son urgentes.

En un contexto social de creciente hartazgo y movilización de trabajadores estatales en la provincia de Santa Cruz, la ciudad del Gorosito no es la excepción. Desde el Sindicato de Obreros y Empleados Municipales de Caleta Olivia (SOEMCO) se continua con un plan de lucha en busca de respeto y diálogo con el poder ejecutivo. La demanda consiste en la inminente mejora de condiciones laborales junto con una recomposición salarial que permita a trabajadoras y trabajadores afrontar la vida diaria con dignidad. Lejos de avizorar una solución, se comienza a intuir el uso de una vieja estrategia de resolución de conflictos: dilatar las negociaciones para utilizar el “agotamiento” o “cansancio” entre otras “formas sutiles” de ejercer presión para destrabar las medidas de fuerza. A más de una semana de haberse instalado el “Acampe de los Muni” en las puertas del edificio comunal recibieron una visita inesperadamente alentadora. Es que Docentes, No Docentes, estudiantes, familias y comunidad del Centro Municipal de Educación por el Arte (CeMEPA) se unieron en un abrazo genuino de solidaridad para visibilizar las problemáticas de su institución: “No están solos… Queremos un sueldo digno!!”. 

Una ‘Marcha’ genuina

En palabras de los presentes… “la tarde fue emocionante”… “esta marcha es genuina”… “desde el 2007 el CeMEPA no paraba…”;  quizás este tipo de acontecimientos pasan desapercibidos hasta para el más ávido lector o seguidor de noticias en vivo por las redes sociales. Es que, a pesar del panorama económico y político, la Marcha que protagonizó el CeMEPA simbolizó la unión y la visibilización de un reclamo histórico, que hoy se torna urgente. 

Comunidad del CeMEPA marchando hacia el Gorosito. Caleta Olivia, 06 de noviembre de 2024.

Desde etnográficas partimos desde el CeMEPA hacia el Gorosito. La tarde estaba calma, pasadas las seis compartimos esas breves cuadras hasta el centro. Con un andar al principio más silencioso que iba sumando calor con el correr de los pasos (algo apresurados). Las escuelas iban acompañadas con cartelería, vestimentas, mates y una sensación de extraña felicidad de sentirnos unidos. A los pies del monumento se formó una especie de semicírculo donde todos nos miramos a los ojos. Allí, dónde los medios de la inmediatez registraron las primeras tomas para la información fugaz fueron sumándose trabajadores de otros sectores al tiempo que el Director de la Escuela de Teatro leyó ante el público: 

“La comunidad del CEMEPA Manifiesta. 

Queridos estudiantes, familias y comunidad:

Queremos iniciar compartiendo nuestro convencimiento de que el CEMEPA es una institución de corazón generoso y de puertas abiertas, que valora, promueve y construye día a día un espacio valioso para el arte en y para la comunidad. Sabemos que durante los últimos años, fuimos aceptando que sea la propia comunidad del CeMEPA la que consiga lo que hace falta, y generamos esa confianza en que de un modo u otro, resolveremos nuestras necesidades. Hoy quienes sostenemos día a día estos espacios, nos vemos forzados a pedirles comprensión y acompañamiento en este difícil momento, pues no hay buenas intenciones ni voluntad que pueda sobreponerse a tanto malestar. Muchos de nuestros docentes no llegan a fin de mes y se trabaja arduamente de lunes a lunes para generar contención a fin de que nuestros niños, jóvenes y adultos tengan un lugar como este, para su desarrollo personal y artístico.

Estudiantes, familias, comunidad: Nos conocen. Nos ven y nos escuchan. Somos los mismos que salimos a promocionar talleres, muestras y participaciones. Somos los mismos que compartimos aulas, pasillos, exposiciones y festivales con ustedes. Somos también vecinos que comparten con ustedes escuelas, supermercados y estaciones de servicio. Acá estuvimos siempre y acá queremos seguir estando. Pero, desde hace un tiempo, el desgaste emocional se sumó al notorio desgaste edilicio y material.  Si queremos seguir estando, y estar siempre, no podemos dejar que nuestro CEMEPA se siga desmoronando. Debemos sentirnos seguros en nuestras aulas.

Sabemos el difícil momento que atraviesa nuestro país, y somos conscientes de las diversas dificultades que arrastramos en la ciudad desde hace años. Es este el motivo, justamente, por el cual evitamos lo más posible suspender nuestras clases. El arte sana, salva y libera. El arte contiene y da voz. Pero el arte también enseña a escuchar y realmente ver. Hoy necesitamos expresar lo que nos pasa y nuestra posición, y que sean otros quienes nos vean y escuchen de una vez.  

Ya no alcanza con usar la parte del aula donde no hay goteras, hacer rifas para arreglar nuevamente el horno de la escuela de cerámica, o venir caminando si no se puede pagar la nafta. Ya no hay ánimos para que profes, preces y administrativos trabajen más y más horas, por un sueldo que alcanza cada vez menos y menos. Ya no hay más paciencia para reprogramar la reunión ya reprogramada una vez más. No podemos seguir esperando sentados a quienes no llegan nunca a sentarse con nosotros ni recorrer el CeMEPA. Ya no hay más paciencia para hacer, nuevamente, una larga lista de necesidades y urgencias que difícilmente obtendrá alguna respuesta por parte de quienes toman decisiones. Lo que viene sucediendo, con tanto que hemos dado y tanto que tenemos por dar, nos parece injusto. Y lo injusto, moviliza. 

Entonces: 

Porque sabemos de la fuerza de la acción, decidimos detener nuestro hacer para hacer de otro modo. 

Porque sabemos de la fuerza del movimiento, la palabra y la imagen, decidimos hacer uso de la quietud y el silencio. 

Nosotros escuchamos y vimos. 

Nosotros hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance. Ahora es su momento de demostrar que nos escuchan, nos ven, y están dispuestos a tomar decisiones y resolver lo que haga falta para poder seguir creando y creciendo juntos.

Estamos aquí, dispuestos a escuchar y más importante; a hacer”.

Antes de terminar su alocución, un silencio breve cruzó por la calle principal hasta que los bocinazos de algunos vecinos acompañaron los aplausos y la emoción que produjeron esas palabras… “ya no alcanza con usar la parte del aula donde no hay goteras… ya no queremos…”

«Bronca transformada en Arte». Galería de ingreso. CeMEPA. 10 de noviembre de 2024

«Rebelión en la granja»

Luego de dar a conocer el Manifiesto, la Comunidad del CeMEPA fue invitada a la desconcentración. En tanto, sin mediar palabras nos sumamos espontáneamente a continuar la marcha hacia el acampe. Guiados por un trabajador con un altavoz donde emocionado recordaba a su maestra de la primaria. Agradecía haber aprendido a leer y escribir. Y aunque algunas persianas se cerraban, a una corta distancia nos esperaban con los brazos abiertos. Entre aplausos y miradas de sorpresa recuerdo ver a una mujer, podría asegurar que se trataba de una jubilada municipal. Ella estaba parada en la esquina de la vieja telefónica, aplaudía emocionada y no escuche bien que decía… pero ver su mirada agradecida me hizo emocionar. Fue ese momento, ese instante cuando la columna del CeMEPA se unió a quienes estaban reunidos cortando la calle que separa el Concejo Deliberante de la Municipalidad.

Secretario General del SOEMCO recibiendo a compañeros del CeMEPA. Caleta Olivia, 06 de noviembre de 2024.

En un improvisado acto, luego de entonar las estrofas del Himno Nacional Argentino, se escucharon todas las voces. CeMEPA y SOEMCO expresaron su cansancio. Es que el conflicto de los municipales viene escalando ante los desencuentros entre el gremio y el ejecutivo. Los resultados hasta el momento fueron en vano. El gremio continúa solicitando apertura al diálogo para la negociación de un aumento digno; en tanto, por parte de la patronal se otorgó sin mediar consenso un aumento por decreto de un 20% en dos tramos . Persistiendo la posición de la falta de dinero y presentando la justificación de las bajas en la coparticipación publicadas hace horas, desde la gestión se viene construyendo (no ingenuamente) como sentido común que «son los mismos de siempre»; «son todos kukas, se robaron todo», «las medidas de fuerza es de unos pocos… es producto de quienes gobernaron 30 años… «, mientras que otros instalan el mito que «la culpa es de Julián que con otros intendentes nunca estaba». Un relato que es resistido cuando se abre la heladera después del 10 de cada mes y esta vacía. Un relato que se vuelve superficial cuando no alcanza para la compra de medicamentos y simplemente, se dejan de tomar. Un relato que se cae, cuando llegan las facturas de los servicios o cuando simplemente hay que resignarse a la frustración de entrar al supermercado y salir cada vez, con las bolsas más vacías.


Trabajador del CeMEPA en la puerta principal de la Municipalidad de Caleta Olivia. 06 de noviembre de 2024.

“Por amor al arte”

El CeMEPA nació en el año 1982 con el objetivo de promover el arte y la cultura. Desde entonces, miles de Caletenses de todas las edades transitaron por las Escuelas Municipales de Danzas Clásicas, Danzas Nativas, Música, Artes Aplicadas, Bellas Artes y Teatro. Con más de cuatro décadas de una historia gloriosa, el CeMEPA es reconocido a nivel nacional e internacional por su excelencia como cuna de artistas, educadores, hacedores culturales y referentes del arte de la Patagonia Austral. Con innumerables premios en su haber, por sus aulas no sólo pasaron artistas. Allí se tejieron sueños, se construyeron historias, se sembraron semillas de esperanza y resiliencia. Hoy, con su más de mil quinientos estudiantes se ha convertido con el paso de los años en el lugar común donde se recibe y da afecto, donde cientos de jóvenes encuentran un espacio de libertad para expresarse, para ser, para sentir. Es esa familia pedagógica que educa, acompaña y sostiene, muchas veces más allá de su deber. Desde el afecto y el cariño. Porque los profes saben mejor que nadie que “el arte salva”.     

El pasado octubre, como cada año se celebró “La semana de las artes” donde la comunidad del CeMEPA expuso sus producciones artísticas. Hace pocos días se realizó una clase abierta de los grupos juveniles de teatro. Pudimos observar en primera persona dos obras producidas por los mismos jóvenes que asisten a teatro sábado tras sábado. Ese día, ante un público atento acompañamos en vivo y en directo ese escenario donde el talento emerge desde las profundidades de cada estudiante. Sus rostros… exponiendo arte a través de sus cuerpos. Nos dieron una clase magistral sobre como levantarse de las caídas, como aprender de los errores y ante lo imprevisto: improvisar, improvisar y transmitir sentimientos. Alegrías y tristezas detenidas en un solo lugar. Expresándose y jugando a través del teatro con pasión, en un escenario, que muchas veces representa la vida. Una de ellas captó mi atención. La escena estaba inspirada en un acontecimiento de los años más oscuros de nuestro país: “la noche de los lápices”. 

Semana de las Artes. Clase abierta juveniles Escuela Municipal de Teatro. Caleta Olivia, 19 de octubre de 2024.

Bronca que se se debe recitar!!

Como esa canción que viene a nuestra memoria, una y otra vez «La marcha de la bronca» es un himno que transcendió a varias generaciones y luchas. Hace referencia a un sistema que oprime, cercena libertades, nos invita a cuestionarnos, interpelarnos a desnaturalizar las imposiciones culturales. Así como una leve brisa de esa tarde caletense cuando la Comunidad del CeMEPA marchó, son esas melodías que nos remontan a la furiosa década del 70′. Nos preguntamos como es posible que un gobierno que llegó al poder hace poco menos de un año, que declaraba «el derecho a la educación» como uno de sus pilares de campaña, hoy no destine fondos a una institución educativa pública que alberga a más de mil quinientos estudiantes, que abraza a toda una comunidad sin discriminar su procedencia social de origen, que silenciosamente se preocupa y se ocupa de crear ese lazo invisible de transformar el dolor en arte, como es el caso de las juventudes que transitan padecimientos propios de su edad, pero que en muchos casos presentan trastornos difíciles de afrontar en otros ámbitos. Nos referimos puntualmente a la salud mental. Un tema del que se debería hablar menos, y HACER MÁS.

Fue durante ese ocaso patagónico atípico, cuando el sol poco a poco se comenzaba a apagar y la multitud se dispersaba lentamente. Trabajadores regresaban a la guardia en la carpa frente a la municipalidad, otros a sus hogares… en el mejor de los casos todavía quedaría algún sobrante de la comida del día en la heladera, en otros casos, se recurrirá a las estrategias de supervivencia ya conocidas por los ‘Muni’. Realizar alguna changa por ahí, repasar mentalmente que puedo publicar en redes para la venta, hacer un ‘vivo’ para vender ropa en el face o quien sabe, en una de esas somos invitados a compartir alguna comilona por ahí. Entre los presentes de forma anónima y silbando bajito escuchaba a lo lejos una voz «…bronca cuando ríen satisfechos… al haber comprado sus derechos…». La marcha de la bronca en la versión 2024… Un nuevo capítulo en la historia del CeMEPA, uno de lucha, dignidad y esperanza. 

Por Laura Córdoba para www.etnograficas.com 



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